Poesías de la Tierra del Pan


BARRIOS DE MI PUEBLO


Cuatro casitas lo forman,
Barrio de las Cuatro Calles,
callejas entre cortinas,
calles que no pasa nadie.

Barrio de la Carretera,
con carteles de neón,
arrabal rico de Muelas,
eres puerta de León.

Teso de casas rosadas,
el nuevo barrio de Muelas,
símbolo de nueva vida,
símbolo de despereza.

De granito son tus casas,
ancho Barrio de la Era.
San Roque vigila el campo,
la miés en tí se recrea.

El Barrio del Campamento,
donde se arrodilla el Esla,
es donde despierta España,
la ausente España guerrera.

Barrio de Peñajurones,
rodeado de cercados,
escobas, prados y vacas,
me recuerdas a Sayago.

Desde las viejas escuelas
hasta el Parque de la Huerta,
presidido por Santiago,
está el Barrio de la Iglesia.

Barrio Toledo y Zamora,
de casitas molineras
con aire de Lusitania,
tristes coplas de postguerra.

El pueblo de Muelas lo dividimos
en ocho barrios porque quisimos.
Podían haber sido dos, tres, uno
casi con la comarca... ninguno.

Pero como siempre fue frontera
desde los tiempos lejanos, era
un crisol de pueblos dislocado,
crisol sin fundir distanciado.

Celtas, iberos, romanos, godos,
franceses, judíos y los moros,
todos ante el peñascal chocaron
y absortos de belleza se quedaron.

A partir de entonces, el destino
les hizo hollar el mismo camino.
Mas el atavismo, implacable,
nos dejó su rasgo memorable.


Luis Pelayo Fernández